Adorable y fantaseada164259668_HDR
Adorable y fantaseada164453501_HDR
Adorable y fantaseada182521097_HDR
Adorable y fantaseada164228311_HDR
Adorable y fantaseada164315141_HDR
Adorable y fantaseada164339209_HDR
Adorable y fantaseada164349642_HDR
Adorable y fantaseada164403542_HDR
Adorable y fantaseada182530529_HDR
Adorable y fantaseada182558501_HDR
Adorable y fantaseada182619836_HDR
Adorable y fantaseada portada
previous arrow
next arrow

Estación Guerrero, Buenos Aires
Mayo de 2022
Texto: Sebastián Vidal Mackinson


Adorable y fantaseada

Me resulta atractivo que anhelen mi apariencia y, aun así, saber negárselas. Es tan extraña la manera en que me desean: fantasean con encapsularme en una forma compleja y pasan demasiado tiempo en un laboratorio donde me piensan obsesivamente. Es cierto que ese afán me seduce de una manera extraña, anhelada. Arman esquemas de trabajo, señalan referencias, guiños, homenajes y hasta se proponen contar historias conmigo. Es encantador. Y aun así, para mi es un juego porque soy escurridiza y, por eso, traigo problemas. Si vengo, es con problemas. Es mi naturaleza. 

Soy el tiempo. El tiempo ambiguo, histórico, presente y duradero. Soy las horas de trabajo, el sudor al querer encontrarme. Soy el posible producto de la imaginación. Soy adorable y fantaseada.

Estos sentimientos por y hacia mi delimitan una intensidad intima que encuentra en los pliegues de las horas distintos refugios que me acarician. Son parpadeos que se despliegan en diversos formatos y tamaños, y coexisten con momentos que se transforman en un remolino que colapsa la historia de las imágenes. Todo se vuelve bravucón y espanta, y se convierte en un caos donde se superponen matices de elecciones visuales que negocian con lo heredado y lo canónico. Es ahí, cuando esta situación me confunde, que me resitúo en mis latitudes temporarias sudacas, sudadas y sudestadas.

Esta cuestión casi idiosincrática en Guerrero y Benavente logra que tensione los limites entre una posible figura y su fondo que extenua una configuración imaginativa. Desean que aparezca en naturalezas domesticadas, escenas intimas, capturas del tiempo, paisajes sintéticos, detalles borrados. Me quieren en un caos donde habitan varias fantasmagorías. 

La gran fantasmagoría con la que me hacen discutir es aquella tradición que prioriza al ojo como agente en la ilusión pictórica. Me proponen, como estrategia, atender a otras cualidades sintientes que trae y posee el cuerpo. Entonces negocio: si sus configuraciones evocan una instantánea del tiempo, opto por escurrirme en su disposición espacial. En mi huir, me doy cuenta de que ambxs artistas buscan secuenciar imágenes encuadrando escenas y, entonces, llegan al limite: admiten que el cuadro es un objeto al que pueden desmarcar, abrumar y derramar. Lo someten a un diagrama de tensión corporal, como receptáculo de una ilusión que se diagrama sobre una superficie en la que la relación figura-fondo adquiere nueva solvencia.

Porque, al fin y al cabo, qué es lo que soy? Quién tiene la facultad de nombrarme? Para quien y en qué momento soy perceptible?

Adorable y fantaseada reúne una selección de obras realizadas por Mariana Guerrero y Mariano Benavente que se sitúan en un espacio liminal: aquel que se desenvuelve entre la abstracción y la figuración. Desde este punto de inicio, se valen del dispositivo pictórico y mediante un análisis pormenorizado de sus capacidades lingüísticas extenúan la tradición que considera a la pintura como una ventana que configura una ilusión verosímil de lo representado. Instantáneas de la vida cotidiana y cercana, como escenas de encuentros entre personas, paisajes sintetizados, flores y jarrones, naturalezas muertas funcionan, en algún sentido, son temas de entrada para dilucidar sobre y con los elementos artísticos que constituyen el lenguaje pictórico.

En ese sentido, las obras de Adorable y fantaseada se presentan dispuestas espacialmente a manera de evocación de algunas dinámicas de un hábitat preciso: el taller de artista como laboratorio de investigación en la configuración de imágenes.

Sebastián Vidal Mackinson, mayo de 2022